lunes, 11 de mayo de 2015

Approfittando dell'ultimo giorno

Ciao amici!

Noo...Nuestra estancia en Florencia, ciudad considerada la cuna del arte y la arquitectura se acaba... ¡Estamos aprendiendo tantas cosas!
Dicen que a quien madruga Dios le ayuda, pues hoy nos hemos levantado antes de las nueve. ¿A dónde irán? Os preguntaréis.

Esta mañana teníamos planeado ir al Palazzo Vecchio, situado en la Piazza della Signoria a tan solo cinco minutos del hotel, aquí tenéis la ubicación:



Este sorprendente palacio llama la atención por su forma de castillo y su torre de 94 metros de altura. La entrada nos costó 8€ a cada una. El palacio fue construido entre 1299 y 1314 para lugar de residencia y trabajo de los funcionarios de la república. En la entrada del palacio podréis observar dos grandes estatuas: a la izquierda la copia del David de Miguel Ángel (la original fue trasladada a la Academia) y a la derecha Hércules y Caco (obra de Baccio Bandinelli).
La sala más famosa y que nos dejó boquiabiertas fue la sala del Cinquecento, la sala más grande y más importante del histórico palacio. Tiene una altura de 54 metros, una anchura de 23 y una altura de 18 metros. La habitación está en el primer piso del edificio y es parte añadida, es el resultado tangible de esta reforma que en su momento fue un esfuerzo de ingeniería notable. La sala era mucho más baja que en la actualidad, y llegó a la altura de grandes marcos de piedra que todavía se observan. 
Fue el abanderado Soderini el primero en preocuparse por la decoración de la habitación, sin poder llegar a un acuerdo con los dos más grandes artistas florentinos de la época, Leonardo da Vinci y Miguel Ángel Bounarroti, para la construcción de dos grandes frescos para decorar las paredes de la sala, con escenas de la batalla que celebra la victoria de la República.


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Sorprendente, ¿Verdad? Al salir del palacio nos dirigimos hacia la Piazzale degli Uffizi hasta llegar a la orilla del río para cruzar por el famoso puente Vecchio, un puente medieval sobre el río Arno. 
Es uno de los puentes más bonitos que hemos visto, sin duda, no os lo podéis perder porque os enamorará al instante. 

Hemos comido un bocadillo cerca del río y después de descansar un rato nos hemos puesto en marcha a por nuestro siguiente destino. 

Piazzale Michelangelo, uno de los mejores miradores de Florencia. Se nos ha hecho un poco larga la caminata pero sin duda alguna el esfuerzo ha merecido la pena. Hemos decidido ir al medio día porque sabíamos que las fotografías salían mucho mejor. En la plaza, además de una réplica en bronce del David de Miguel Ángel hay también distintos restaurantes y cafeterías para tomar algo. 
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Después de disfrutar de las preciosas vistas bajamos caminando otra vez hasta el Ponte Vecchio, la bajada es mucho más rápida y cómoda. Llegamos hasta el Ponte alla Carraia, luego tomamos la Vía Dei Fossi hasta llegar a la Iglesia Santa María Novella, una de las Iglesias más importante de Florencia. 
En el siglo IX existía un pequeño oratorio dedicado a Santa María de la Viña, y sobre él se levantó, en 1049, la Iglesia de Santa María Novella, concedida, en 1221 a doce frailes dominicos. La fachada de mármol se encuentra entre las obras más importantes del Renacimiento florentino. Se finalizó en 1480. 
La fachada consta de dos volutas que unen el cuerpo central con dos laterales, dando así proporción y armonía a la obra, que al fin y al cabo, es la característica principal del renacimiento. La Iglesia presenta una planta de cruz latina, con características típicas de la arquitectura gótica cisterciense, dividida en tres naves. Contiene numerosas obras de arte, destacando el fresco de La Trinidad, obra de Masaccio. 

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Después de visitar todos los lugares que teníamos planeados fuimos a cenar a un restaurante que se llama Mangia Pizza, un local muy pequeño pero con una de las mejores pizzas que hemos probado. 

Y ahora a descansar, que nos lo hemos ganado.
Hasta la próxima, 

Marisa.

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